Por Sylvie P
Jerusalén, situada en los montes de Judá entre el mar Mediterráneo y el Mar Muerto, es una de las ciudades más antiguas del mundo. Este 5 de junio se conmemora el 57º aniversario de la unificación de la ciudad de Israel, fruto de la victoria en la “guerra de los seis días” contra Siria, Jordania e Irak, de la cual salió vencedora y recuperó la zona oriental de Jerusalén, perdida en la guerra de independencia de 1948. La división se llamó “zona verde” y quedó dividida en dos partes: occidental y oriental, la cual quedó para Israel. Durante este tiempo, Jordania no respetó el culto de los judíos, destruyendo 43 sinagogas y dejando solo 3, ya que estaban escondidas. Tampoco se permitía a la población judía entrar al Muro de las Lamentaciones.
Recuperando la parte oriental de Jerusalén y proclamándola capital de Israel en 1967 después de la victoria, se recuperó el acceso al muro, las sinagogas, etc. En 1980, Israel aprobó una ley en la que afirmaba que Jerusalén era una parte integral y su capital eterna.
Jerusalén, disputada y anhelada por tres culturas diferentes, la judía, cristiana y musulmana, tiene lugares de culto de estas religiones como las mezquitas de Al-Aksa y la mezquita de Omar, utilizadas como armas políticas y de propaganda de guerra, insinuando que van a ser destruidas por el ejército de Israel. Están las iglesias cristianas y parroquias como el Santo Sepulcro, la Iglesia de Cristo, etc., el Templo de Salomón judío con el Muro de las Lamentaciones, las sinagogas con la Gran Sinagoga, el Monte de los Olivos y el barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
En 2017, Donald Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel, lo que fue muy criticado y no aceptado por ninguna otra parte, afirmando que es una ocupación ilegal. En Jerusalén actualmente viven cerca de un millón de personas, de las cuales el 60% son judíos, la mitad de los cuales son ultraortodoxos, y el resto musulmanes y cristianos, siendo estos últimos solo el 2%.
En Jerusalén, como capital de Israel, se encuentran el parlamento, la oficina del primer ministro y la Corte Suprema. Como consecuencia de la guerra actual entre Israel y Hamas en Palestina, fruto del ataque del 7 de octubre, las muestras de odio y antisemitismo se han dejado ver en numerosos artículos y noticias en la celebración del día de la unificación de Israel o Yom Yerushalayim, exagerando o mostrando como exaltada la celebración de tal día y acusándolos una vez más de ser los culpables. La población de Israel es fuerte, valiente, resistente y seguro que logra la victoria.